Humberto Viviani: ‘Este ascenso marca el inicio de mi carrera’

Es el técnico del flamante campeón de la Copa Simón Bolívar y nuevo equipo de la División Profesional a partir de 2020. Cuenta cómo llegó y cómo fue el proceso bajo su mando. Habla de un grupo sin rangos, puro trabajadores. Advierte que una liga será más exigente.

En su primera experiencia como director técnico titular, el beniano Humberto Viviani obtuvo un título de ascenso a la División Profesional con Municipal Vinto Palmaflor, el equipo de los valles bajos de Cochabamba. El novicio entrenador cuenta cómo fue esta experiencia desde la conformación del plantel hasta lograr la corona de la Copa Simón Bolívar.

— ¿Cómo fue el ascenso al fútbol profesional?


— Complicado, difícil, pero siempre fuimos para adelante, nunca perdimos la moral. Tuvimos mucha personalidad, unión, supimos manejar nuestras ansiedades y tampoco nos creímos los candidatos ni fuimos menos. Impusimos una idea de juego, siempre yendo al frente, convencido de que se podía lograr algo importante.

— ¿Cómo llegó a Palmaflor?


— Tengo un allegado entre los dirigentes, Juan Carlos, un amigo, quien les habló de mi persona y de mi trabajo. Yo estaba en Estados Unidos a principios de año por una revisión médica de mi esposa, y me llamaron hasta allá, hablamos del proyecto y me gustó la idea porque era mi primera experiencia en un club donde yo iba a ser la cabeza y entrenador titular. Me gustó la decisión que percibí, la ambición del proyecto, y cuando llegué al país, nos sentamos y emprendimos casi sobre la marcha todo lo que había que hacer.

— ¿El apoyo del club fue decisivo?


— Sí, no te diría que todo fue de primera y de lujo, pero la directiva puso lo necesario para que el equipo trabaje de buena forma, al menos con las condiciones para prepararlo y dar pelea en el campeonato. Desde enero nos pusimos manos a la obra. Sin duda que el mérito para que este sueño se convierta en realidad es también de los dirigentes. Todo marchó de buena forma. Fuimos por partes, subcampeones en la asociación, llegar a la Simón Bolívar y el título, todo con los pies sobre la tierra.

— ¿Es cierto que su experiencia como DT era escasa?

— El año pasado estuve en Arauco Prado como ayudante del entrenador Freddy Bolívar, ya antes había estado en Enrique Happ, pero no era técnico recibido, claro que luego al equipo lo vendieron al Chapare. También fui técnico interino de Ciclón en Tarija, entonces son esas poquitas pero sanas experiencias las que tuve. Esta fue mi primera vez como cabeza de un cuerpo técnico en una Copa Simón Bolívar.

— ¿Armó al equipo de cero?

— No. Sí en un 80 por ciento. Mantuvimos una base del año pasado y luego fuimos reforzando con uno y otro. No hubo mucho tiempo, apelamos a lo que teníamos a mano, así que en eso nos acomodamos de la mejor forma porque ya se venía el certamen cochabambino. Llegamos a la final. Arauco Prado nos ganó y fuimos a esta Simón Bolívar como segundos. Tengo un grupo rendidor que en todo este año perdió cuatro partidos, uno de la copa, tres de la asociación, que es algo fuerte.

— ¿Qué clase de equipo es?

— No tengo figuras, hay solidaridad, unión, compromiso. Cambiamos la mentalidad. Tenemos gente de experiencia, los referentes, pero yo les digo que todos somos trabajadores sin rango. Thiago do Santos es el armador, pero corre igual que cualquiera, jugó de lateral derecho, de contención y hasta una vez hizo de central. Nuestra idea es de mucha entrega y sin rangos, nadie es más ni menos.

— ¿Cuándo creyó que su equipo estaba para la final y el ascenso?

— Nunca creí que el equipo estaba para la final, fuimos paso a paso. Creo que el punto de inflexión fue el primer partido contra Fatic, ahí tuvimos credibilidad. Luego, en el tercer partido con Arauco Prado nos potenciamos poco a poco, incluso cuando pasamos como el mejor perdedor, Real nos ganó el único partido y seguimos fuertes en la lucha. Desde ahí se pensó en que íbamos a caer, pero persistimos hasta llegar al objetivo.

— ¿Qué vio y valoró en sus jugadores?

— Primero la persona, luego su talento futbolístico y su desempeño individual y colectivo. Se arma un buen grupo y llega lejos. Ellos sabían que nuestro trabajo fue intenso, corto y efectivo y esa receta fue la que nos sirvió en todo el torneo, en todo este año, son cosas que nos identificaron.

— ¿Futbolísticamente que virtudes tuvo en la cancha?

— No quiero parecer arrogante, en Estados Unidos fui parte de una filial de la escuela de fútbol de Barcelona y trabajando con los españoles aprendí que la fuerza en la cabeza es vital. Los jugadores nacionales somos muy apagados teniendo tanto talento. Entonces quienes vieron a Palmaflor lo vieron siempre fuerte de la cabeza y a eso se sumó la idea de juego agresivo, decidido, con el arco al frente y así nos fue con los resultados.

— ¿Qué le queda de este título en su análisis?

— Vine a un club que está naciendo al fútbol profesional y nosotros le dimos su primer título e hicimos historia desde el ascenso a la A y este ascenso marca el inicio de mi carrera como técnico, es decir como cabeza, y de muchos jugadores del equipo. En mi caso es el inicio de muchos sueños y objetivos que tengo.

— ¿Qué viene? Ahora tienen que jugar en Primera...

— Primero veremos si tengo continuidad y si es así, muy preocupado al inicio, porque una División Profesional es otra cosa, muy diferente a la Simón Bolívar. No solo tenemos que reforzar nuestra columna vertebral con gente de primera y eso es recursos, por lo menos 4 a 5 jugadores; después hay una serie de otros requerimientos, de lo contrario sería imposible porque el fútbol profesional te exige a un mayor nivel.

Perfil

Nombre: Humberto Viviani Ribera

Nacimiento: Riberalta, Beni, 10 de diciembre de 1980

Profesión: Director técnico


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